La clave alta es un tipo de fotografía en la que predominan los blancos y que se caracteriza por un reducido contraste de la imagen y la ausencia de sombras. El histograma de estas fotografías presente una importante cantidad de luces altas. El equipo básico que se suele necesitar es: trípode, disparador remoto, dos flashes externos, un pie de iluminación, paraguas y un equipo de emisor-receptor inalámbricos. Utiizaremos una pared blanca como fondo, que estará iluminada por un flash para lograr el nivel de blanco preciso.Enfrente de la pared situaremos la cámara y el otro flash con el difusor elegido. Y, entre el fondo y la cámara, como no podía ser de otra manera, situaremos al sujeto a retratar. Algunos consejos para la toma son: 1- Preparar el fondo.- Deberás hacer una serie de pruebas hasta que logres un fondo inmaculado.Para lograr un fondo más blanco puedes: incrementar la apertura (perderás profundidad de campo), aumentar la sensibilidad ISO (incrementarás el ruido) o aumentar la potencia del flash. 2- Medir para el primer plano.- Una vez que tenemos los ajustes de la toma (f/4.5, 1/250 seg, ISO 100) y la potencia del flash de fondo, es el momento de determinar la potencia necesaria para el flash del primer plano. 3- Busca suficiente distancia con el sujeto, el fondo al menos a 2 metros y la iluminación del primer plano al menos a 3 metros para que no ilumine el fondo. Mucho cuidado con la exposición. Clave alta significa con sombras claras. Con pocas diferencias entre la luz y la sombra. Pero esto no significa que la piel deba ser tan clara como el fondo, porque entonces lo que tendremos es una foto quemada. También es posible realizarla con un programa de edición fotográfico. Una vez tomada la foto en el postprocesado disminuiremos el contraste, podremos bajar o subir las altas luces, reducir la saturación, suavizar la piel, incluso podemos llegar a un tono gris. Como fondo se recomienda uno claro para lograr mucho mejor el efecto deseado. Es importante tener en cuenta el sistema de zonas de Ansel Adams. El autor dividió el gran espectro entre el blanco y el negro en 11 zonas para que sea más sencillo distinguir los tonos. El sistema de zonas de Ansel Adams determina la distancia entre cada zona según el tiempo de exposición y esta se va a relacionar con el valor de diafragma.